Los padres deben preocuparse por
mantener una buena salud física en sus hijos, como por fomentar su estabilidad
y salud emocional, que es también una parte esencial para el desarrollo positivo
de la autoestima.
La autoestima es una pieza fundamental
en la construcción de los pilares de la infancia y adolescencia. La autoestima se
construye diariamente en a través de las relaciones personales de aceptación y
confianza. El lado emocional de los niños jamás debe ser ignorado por los
padres y profesores. Hay que estar atentos a los cambios de humor de los niños
y a sus altibajos emocionales. Desde el nacimiento a la adolescencia, por su
vulnerabilidad y flexibilidad, los niños deben encontrar seguridad y afecto/cariño
en las personas que les rodean y los padres pueden hacer mucho por mejorar la
autoestima de su hijo.
Todo lo que se consigue en este periodo de desarrollo
y crecimiento físico, intelectual y emocional puede sellar su conducta y su
postura hacia la vida en la edad adulta.
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